Una de las preguntas más habituales que recibimos los equipos de Talento, tanto de las personas que forman parte de la organización como de candidatos, es: “¿cuál es mi plan de carrera?”
El pasado 3 de julio se llevó a cabo el seminario «Carreras Directivas: El Mito Contra la Realidad», organizado por LHH. El evento contó con la participación de Catalina Guevara, Chief People & Culture Officer de Allianz España; Leila Rettali, Global Talent and Organisational Development Head de Mango; y Rafael Fernández, Director of Talent Management, Culture and Learning de Cepsa.
Fue un placer tener la oportunidad de conocer de primera mano los retos a los que se enfrentan empresas de distintos sectores y comprobar, una vez más, que el desafío aparece en el momento en el que las personas se disponen a trabajar juntas y así las empresas acaban enfrentándose a retos parecidos, independientemente del sector.
Los ponentes coincidieron en que el plan de carrera, como el plan de sucesión, no deja de ser un documento de intención que recoge posibles planes de acción o conversaciones; que pueden llegar a suceder. O no. Son documentos útiles a los que no se puede pedir que funcionen como un mapa automático que vaya a llevar a cada persona a su siguiente reto profesional. Avanzar en una carrera profesional no siempre significa crecer en vertical; a menudo, las personas dan pasos al lado o hacia atrás para luego continuar hacia adelante.
Los ponentes debatieron en relación a lo que se pide a los directivos. Es habitual mirar hacia arriba como si quien ocupa el vértice tuviera todas las respuestas. ¡Sorpresa! No las tiene. En el día a día, las personas de la dirección enfrentan desafíos que van más allá de lo técnico. La visión estratégica y la capacidad de decidir e influir son habilidades esenciales que no son privativas de quienes dirigen. Tendrán más oportunidades quienes se pongan a disposición de los managers para aportar, sin que importe quién se lleve la corona de laurel.
En el reparto de las cartas del juego, el departamento de Recursos Humanos ejerce un papel crucial. Promover el desarrollo personal, identificar talentos y asegurar que las personas disponen de las herramientas necesarias para dar feedback son, entre otros, pilares fundamentales para el crecimiento sostenido de cualquier empresa. Al mismo tiempo, quedó claro que se trata de un área que ordena e integra, pero no suplanta las responsabilidades de cada uno.
Esa invitación a que cada persona sea consciente de que es el conductor de su carrera profesional es clave para el éxito. A menudo encontramos personas que formulan el deseo de llegar al siguiente escalafón para sentirse frustradas o perdidas cuando llegan ahí. Es esencial buscar oportunidades profesionales siendo consciente de lo que conllevan. Mantener conversaciones para entender qué quiere y espera cada uno ayudará a que no se formulen castillos en el aire que acaben en realidades que no sean las deseadas.
La clave del éxito se encuentra en comprender que la libertad implica asumir la responsabilidad de lo que ocurre en la vida. En el entorno empresarial cotidiano, es importante recordar que la libertad y sus consecuencias son propias. Es fundamental asumir la responsabilidad de las decisiones que se desean tomar y, para ello, formular las preguntas necesarias. ¿Estás dispuesto a crecer? ¿Eres consciente de la imagen que proyectas? ¿Deseas asumir realmente lo que significa formar parte del siguiente nivel organizativo? ¿Eres consciente del impacto que generas?
Las respuestas no se encuentran en un PowerPoint y proporcionan una guía más valiosa que depender de lo que alguien escribió alguna vez en un documento con cajitas de colores. Asumir el reto de desarrollar la carrera profesional en la dirección que cada uno quiera no solo fortalece el crecimiento personal, sino que también abre las puertas a un futuro lleno de oportunidades y logros significativos acordes a la vida que cada uno desee para sí.