Desde el inicio de la pandemia, en Globalvia nos hemos enfocado en mantener operativas todas las infraestructuras que gestionamos en los siete países en los que estamos presentes, así como en garantizar la seguridad de los trabajadores dotándoles de los medios y equipos necesarios. Esto ha sido posible gracias a la experiencia del equipo gestor, la rapidez en la toma de decisiones y el compromiso y esfuerzo de todos los trabajadores de nuestra compañía.
Una vez superados los peores meses de la pandemia, pusimos en marcha varias iniciativas con el objeto de facilitar el uso de las infraestructuras y de salvaguardar la salud de los usuarios, ya que a través de ellas fomentamos el uso de la tecnología como medio de pago en nuestros activos sin usar dinero en efectivo y tarjetas. Estas iniciativas han sido la implantación del sistema de validación y pago con tarjeta contactless en Metro de Sevilla (Tap&Go) y el lanzamiento de la app móvil de pago de peajes en Estados Unidos (Slora by Globalvia). Ambos proyectos, se enmarcan en nuestra estrategia de innovación y, por tanto, de ofrecer la mejor experiencia a los usuarios. En Globalvia tenemos previsto implantar soluciones parecidas en el resto de las concesiones que gestionamos, en la medida que sea operativo.
La era post-Covid parece que nos deparará una nueva realidad que aún no está definida. En el ámbito del transporte, hay incertidumbre sobre cómo serán los nuevos patrones de movilidad de los usuarios. La Covid ha tenido un impacto sin precedentes en la demanda de las infraestructuras y, aunque en los últimos meses se ha registrado una recuperación, las cifras aún están lejos de las registradas en el 2019. Esta caída histórica de la demanda viene motivada por las restricciones de movilidad derivadas de los estados de alarma y emergencia decretados por los distintos gobiernos (nacionales y locales). La recuperación se ha producido al suavizar las restricciones de movilidad, pero no se han alcanzado los niveles de 2019 por la modalidad de teletrabajo y por la crisis económica sin precedentes que estamos sufriendo.
Desde el área de influencia de las concesiones que gestionamos en Globalvia, los objetivos alcanzados durante la pandemia se mantienen: garantizar la prestación del servicio, salvaguardar la seguridad de los usuarios y trabajadores y buscar la máxima satisfacción del usuario.
Respecto a la crisis económica, las colaboraciones público-privadas se erigen como una herramienta fundamental para invertir en infraestructuras y, de este modo, impulsar la economía de un forma rápida y eficiente, a la vez que se mejora la competitividad. El modelo de colaboración público-privada va a permitir que los estados puedan desarrollar infraestructuras salvando las restricciones presupuestarias y destinar los recursos a otras prioridades como son el gasto social y la reducción de la deuda pública y el pago de intereses.
Ante la crítica situación económica que tenemos por delante, es necesario definir rápidamente los proyectos para ponerlos en marcha y no retrasar la recuperación. En esta tarea los gestores privados como Globalvia tenemos mucho que aportar, ya que contamos con la experiencia y los recursos necesarios para acelerar el proceso de definición de los proyectos, a la vez que podemos aportar soluciones innovadoras que permitan optimizar el coste-beneficio de los mismos.
Merece la pena recordar que las colaboraciones público-privadas no sólo generan un beneficio a corto plazo a través de la financiación extrapresupuestaria de los proyectos, sino que a largo plazo también ofrecen un retorno fiscal al estado mediante el pago de impuestos y garantizan el óptimo mantenimiento de las infraestructuras, a la vez que mejoran la capacidad productiva y de competitividad del país. También garantizan una gestión eficiente de los recursos y aseguran que las infraestructuras se encuentren operativas para prestar un servicio esencial para la sociedad.
Esta gestión eficiente de los recursos se ha visto refrendada durante el impacto de la borrasca Filomena hace unas semanas. En particular en las tres concesiones que gestionamos en Globalvia en Madrid: un tramo de 14,1 kilómetros en la autovía de circunvalación M-45, entre el eje de O’Donnell y la N-II, otro tramo de 11,6 kilómetros de la autovía M-407, entre la M-404 y la M-506, y la denominada Ruta de los Pantanos, un tramo de 21,8 kilómetros en la M-501, entre la M-40 y la M-522. En ellas, se consiguió mantener despejadas las vías de nieve empleando toda la maquinaria y el equipo humano disponible en una maratón de cuatro días.
Pero para que las colaboraciones público-privadas puedan ser una realidad en España, tiene que modificarse el marco regulatorio actual de tal forma que se permita a los inversores tener rentabilidades adecuadas y tener una mayor seguridad jurídica.
Luis Mur Gil – Senior Investment Director
Tribuna publicada en el Especial Infraestructuras de la revista Cambio 16: “Construir después de la pandemia”.