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20 de junio de 2024
Greenfields, Brownfields…y ahora Bluefields, los nuevos PPPs para carreteras digitales están llegando

Después de la pandemia, el sector de infraestructura se está enfocando en nuevos desafíos para enfrentar nuevamente posibles interrupciones en el futuro: intensificar su resiliencia operativa, la asequibilidad de la infraestructura, la necesidad de sostenibilidad y un habilitador crítico, el despliegue de nuevas tecnologías.

En el caso de las carreteras, la digitalización de esta infraestructura es un proceso transformador que remodelará la forma en que interactuamos con ella, desde la perspectiva del usuario y operativa. Los avances tecnológicos mejoran la eficiencia, resiliencia, sostenibilidad y seguridad en las carreteras, pero también abren una pregunta sobre cómo financiar estos proyectos que requieren un alto nivel de inversiones.

Los contratos de adquisición tradicionales por operadores o Departamentos de Transporte podrían ser una forma inicial de aprender cómo funciona este proceso. Sin embargo, la ambición para este tipo de inversiones requiere una visión a largo plazo con un tiempo mínimo de implementación de alrededor de 5-10 años. Esto abre la puerta a nuevas colaboraciones público-privadas donde la clave no es el pavimento, sino la información digital del tráfico y los vehículos. No se trata de Greenfield, ni de Brownfield. Estamos hablando de un nuevo espécimen, los Bluefields. La mejora de una autopista física existente hacia un nivel mínimo de digitalización que permitirá que emerja un conjunto básico de nuevos servicios, como el intercambio de información con usuarios y vehículos o la habilitación de la conducción automatizada. Ya tenemos algunos primeros ejemplos de este enfoque visionario de PPP en Michigan o California.

Globalvia-Bluefields-Cavnue

Esta inversión en infraestructura también impactaría positivamente en los fabricantes de equipos originales («OEM» por sus siglas en inlgés «Original Equipment Manufacturer») que entregan vehículos autónomos y conectados (VACs), ya que tendrán otra fuente de verdad (real) para sus algoritmos, aumentando la seguridad para sus conductores. Este nivel de seguridad no debe ser un valor binario, sí o no, sino un indicador variable que los usuarios deben conocer al conducir en su viaje. Esto podría permitirles, por ejemplo, saber cuándo activar el modo autónomo del vehículo o cuándo mantener las manos en el volante al estilo tradicional.

En este sentido, Globalvia está desplegando la iniciativa NeoRoads en Pocahontas Parkway (Virginia). Representa un avance significativo en la digitalización de carreteras, ofreciendo un conjunto completo de servicios para vehículos conectados que incluyen el despliegue de redes 5G, dispositivos IoT y algoritmos de Inteligencia Artificial. Globalvia también ha invertido en Cavnue con el objetivo de desplegar el primer corredor digital para vehículos autónomos en la I-94 en Michigan. ¿Qué significa esto para los conductores? Esto significa recibir información en tiempo real sobre la carretera, una mejor gestión del tráfico y la mejora de la experiencia general de los pasajeros y conductores.

En resumen, la digitalización de las carreteras no es solo una actualización tecnológica, sino una oportunidad para fortalecer las asociaciones público-privadas con una nueva visión, impulsando la innovación y avanzando hacia un futuro más sostenible, seguro y conectado. Los Bluefields están aquí para quedarse.

 

Fernando Vallejo, Director de Innovación, IT y Sostenibilidad de Globalvia y Managing Director de Openvia Mobility.